jueves, 18 de diciembre de 2014

ADVIENTO 2014: ABRAZAR LA ALEGRÍA QUE VIENE A NUESTRO ENCUENTRO



Casi de modo insistente el adviento nos propone que lo que nos tiene que quedar claro es que la alegría no viene ni del exterior (cosas, cosas, cosas) ni del aislamiento interior (yo, yo, yo) sino del encuentro con quien nos rescata de una conciencia aislada y nos hace ser más, en vez de tener más. Viene del amor que devuelve el sentido a la vida.
Navidad se llena de alegría no porque nosotros salgamos al encuentro de Jesús, sino porque El sale a nuestro encuentro. Y nadie queda excluido de ese encuentro: No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque « nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor ». Al que arriesga, el Señor no lo defrauda, y cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos. Éste es el momento para decirle a Jesucristo: « Señor, me he dejado engañar, de mil maneras escapé de tu amor, pero aquí estoy otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una vez más entre tus brazos redentores ». ¡Nos hace tanto bien volver a Él cuando nos hemos perdido!
No dejemos de buscar de dónde nace nuestra alegría, seamos tenaces para llenar de alegría nuestras vidas. Pongamos el norte en el encuentro vivo con quien nos ama tanto que nos permite rebosar de alegría

ORACIÓN: gracias por venir a encontrarme, Hijo de María, en este Adviento, enséñame a dejar de lado lo que me llena de tristeza por el egoísmo o el materialismo y enséñame a encontrar en ti la alegría que llenó el corazón de los pastores y de los magos, la que no se pierde ni por la carencia de las cosas, ni por el miedo a lo que pueda ser más poderoso que yo. 

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