miércoles, 17 de diciembre de 2014

ADVIENTO 2014: LA ALEGRIA DEL ADVIENTO ES ALGUIEN PRESENTE EN NOSOTROS


Posiblemente, al final, la alegría sea un don que nos tiene que ser dado. Lo que sí está claro es que la alegría no viene del egoísmo, sino de la presencia de alguien que, por un lado, nos libra de lo malo y, por otro lado, nos enriquece grandemente, porque nos permite encontrarnos con el bien verdadero. Es lo que nos dice San Pablo: examínenlo todo y quédense con lo bueno. Cuídense del mal en todas sus formas. La alegría se centra, pues, en dos cosas, en encontrarnos con quien nos realiza y en vivir el bien. Cuando Dios es experimentado como alguien personal y cercano, se convierte en la gran fuente de la alegría: quizás la invitación más contagiosa sea la del profeta Sofonías, quien nos muestra al mismo Dios como un centro luminoso de fiesta y de alegría que quiere comunicar a su pueblo ese gozo salvífico. (EG 4). Cuando, al llegar la navidad, Jesús está cerca de nosotros y nos guía con su palabra, aun en medio de los problemas, se hace presente la alegría: Su mensaje es fuente de gozo: « les he dicho estas cosas para que mi alegría esté en ustedes, y su alegría sea plena » (Jn 15,11).  (EG 5).

Si el Adviento tiene que prepararnos para la Navidad, es porque tiene que prepararnos para la alegría de un gran encuentro con quien es el centro de la Navidad. No es cuestión de qué oraciones recemos, o de qué ritos llevemos a cabo. Lo importante es descubrir si hacemos de Jesús, de su modo de vida y de su presencia, alguien real en nuestra vida, y lo importante es tener la certeza de que, de ahí, brotará la verdadera alegría, la que nace de la fuente del amor siempre más grande de Dios que se nos manifestó en Jesucristo. No me cansaré de repetir aquellas palabras de Benedicto XVI que nos llevan al centro del Evangelio: « No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva ». (EG 7).

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