lunes, 10 de diciembre de 2012

Adviento... Tiempo de esperanza



En el tiempo anterior al nacimiento de Jesús, era muy fuerte en Israel la espera del Mesías, es decir, de un Consagrado, descendiente del rey David, que finalmente liberaría al pueblo de toda esclavitud moral y política e instauraría el reino de Dios.  También nosotros esperamos algo o alguien que solucione o cambie nuestras vidas. El tema de la «espera» es un aspecto profundamente humano, en el que aquello que esperamos se convierte, por decirlo así, en un todo con nuestra vida y nuestro corazón. La espera, el esperar, es una dimensión que atraviesa toda nuestra existencia personal, familiar y social. La espera está presente en mil situaciones, desde las más pequeñas y banales hasta las más importantes, que nos implican totalmente, en lo profundo de nuestro ser. Pensemos, en la espera de un hijo por parte de dos esposos; en la de un pariente o de un amigo que viene a visitarnos de lejos; pensemos, para un joven, en la espera del resultado de un examen decisivo, o de una entrevista de trabajo; en las relaciones afectivas, en la espera del encuentro con la persona amada, de la respuesta a una carta, o de la aceptación de un perdón...  Se podría decir que el hombre está vivo mientras espera, mientras en su corazón está viva la esperanza.  
Por otra parte la grandeza del ser humano se reconoce por aquello que espera: nuestra «estatura» moral y espiritual se puede medir  por aquello en lo que esperamos.  En este tiempo que nos prepara a la Navidad, puede preguntarse: ¿yo qué espero? En este momento de mi vida, podemos cuestionarnos ¿a qué tiende mi corazón? esta misma pregunta se puede formular a nivel de familia, de comunidad, de nación. ¿Qué es lo que esperamos juntos? ¿Qué une nuestras aspiraciones?, ¿qué tienen en común? y de este modo se nos manifiesta nuestra grandeza. Quien espera lo que es importante (no necesariamente según criterios de revistas y periódicos) esta en el camino para alcanzar algo que merece la pena para su vida.
¿Qué esperamos en este Adviento?  responder a esta pregunta nos hace vivos y nos llena de un sentido para seguir adelante.

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