viernes, 28 de diciembre de 2012

Navidad... RECIBIR Y COMPARTIR UN ESTILO DE VIDA







En estas fechas, vemos como la familia de Jesús, la Sagrada Familia, tal y como se nos muestra en la Sagrada Escritura, tiene un estilo propio de ser. Incluso la recurrencia de la liturgia de hoy, dedicada a la memoria de los santos inocentes, nos permite ver que, en la familia de Jesús, todo brota de la capacidad de recibir y compartir con el otro. La Sagrada Familia tiene su origen de la Sagrada Familia en la venida de Jesús al mundo, a través de la capacidad de recibir, de acoger, que tienen José y María. Así lo manifiestan las palabras que dice María ante el anuncio del ángel: “hágase en mí”. También, una actitud semejante brota de las palabras del parte de Dios, que escuchará José ante sus dudas para recibir a María como esposa: “no tengas miedo de recibir a María”. Las circunstancias que acompañan la muerte de los inocentes, nos mostraran que José sigue siendo un hombre que  no deja de escuchar lo que Dios indica en todos los momentos de la vida. Y posteriormente, ese será el estilo de la vida en Belén y en Nazaret como nos lo narra San Lucas: ver lo que sucede y guardarlo en el propio corazón. Sin embargo esta actitud receptiva no implica pasividad, pues la familia de Jesús es una familia que comparte todo: Jesús comparte con ellos su divinidad significada en el nombre de Emmanuel (Dios con nosotros), comparte con ellos la misión que el Padre le ha encomendado, lo que hará que José y María tengan que modificar sus planes en torno a la voluntad de Dios. El matrimonio virginal, la ida a Belén, la huida a Egipto, el regreso a Nazaret… son momentos que nos hablan de una familia que va al ritmo de Dios en su vida. De este modo, no solo José comparte con María y Jesús su condición de descendiente de David y su vida sencilla y justa, no sólo María comparte con José y Jesús su corazón generoso y disponible, también Jesús comparte con José y María la misión que él ha recibido, la misión de amor y la misión de ponerse al servicio de la salvación de los hombres. Una misión llena de misterio que, como hoy recordamos, alcanza también a los niños que fueron muertos en Belén por la crueldad de Herodes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario